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Te extraño bellamente desnuda. Por Margarus Margarum

Ilustración de Urzuz Polaris

Extraño tus pechos pequeños pues son la medida exacta para mis manos. Extraño tus piernas ágiles que me envuelven como enredadera todo mi cuerpo pues me aprisionan pasionalmente y me debora como la hidra de los cuentos.
Extraño tu sexo húmedo y caliente pues me hacen no añorar el trópico durante el calor de nuestras noches.
Extraño tus besos mordiscones que me dejan en los labios dulce sabor de tu recuerdo. Extraño tu abdomen esbelto, valle conocido, que invita perpetuamente a la lujuria pero cobra cara su factura.

Extraño tu mirada seductora  y tu voz cálida que se entrecorta entre tus pequeños dientes.
Pero más extraño a ese ser mío, lujurioso, posesivo y pretencioso que se evidencia cada que estás bellamente desnuda frente a mis ojos.

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