El fumador. Por Paul Cézanne. |
Por Julián Tadeo Romero Mateos.
Mirada
sugestiva, candor en la sonrisa, beso cómplice que inunda mi corazón. Callo
ante tal situación, no me puedo creer lo que vivo, es tan irreal y tan
fantástico. El tiempo se borró del reloj.
Me miras con
pasión haces renacer en mí una nueva emoción. Mátame suavemente con tu
canción... no dejes nada a la imaginación. Por favor.
Me estoy
volviendo a enamorar, no pensé que sucedería así, tan pronto sin miedo a la
adversidad te tomo de la mano, mientras siento tu cuerpo cálido junto al mío,
tu boca mojando mi boca, dulce sensación...
Mátame de amor,
no dejes que el tiempo destruya la pasión, me estoy volviendo a enamorar, más
no te conozco, no existes... Amanece, el sueño terminó...