Cruikshank: The Head Ache |
Por Moisés Cabo Leyva
“Cuando te pregunten para qué
sirve la filosofía
di que sirve para ser menos pendejo”
José Eliud García Medrano,
filósofo y maestro mexicano.
Originario
de El Chico, Veracruz, México, José Eliud García Medrano se licenció en
filosofía y durante toda su vida siguió estudiando y enseñando, mencionar su
currículo no es oportuno aquí, baste decir que estudió y enseñó por amor,
compromiso y sin descanso.
“De aquí en adelante, voy a
dirigirme a ti, como si estuviéramos charlando amigablemente en algún pasillo
de tu escuela, o en la biblioteca. Permíteme hablarte de tú, para entrar en
confianza y porque es la forma como seguramente platicaríamos si nos
conociéramos”.
José Eliud García Medrano
Siempre
nos habló de tú. Decía que éramos iguales en cuanto a nuestra capacidad de crearnos,
de educarnos, de cambiar, de trabajar, pero claro, “él sí se bañaba, se cortaba
el cabello y estudiaba”.
El
maestro era rebelde, irónico, sarcástico, bromista, pero respetuoso, empático y
amable, eso sí, tocaba fibras sensibles, por lo que no era del agrado de
algunas personas, pero también era y es admirado, apreciado y querido por
muchos.
Decía,
apuntaba y coleccionaba frases en cuadernitos, frases repetitivas que se
quedaron grabadas en la memoria.
Así
que abordemos la pregunta ¿Por qué duele saber?
“La lectura filosófica es como la
música clásica; jamás podrás disfrutar una sinfonía, si quieres escucharla en
un minuto, se necesita tiempo, paciencia y sobre todo dedicación y constancia.
Si alguien ofrece enseñarte a estudiar sin esfuerzo, te está engañando. No hay
una varita mágica que te permita aprender sin esfuerzo.”
Maestro Eliud
Can't Concentrate: 14/365, fotografía de Sasha Wolff. |
Aprender
te va a doler. Nos decía.
Saber
duele.
Duelen
las nalgas por estar ocho horas leyendo sentado.
Duelen
los ojos. Duele la espalda.
Si
te digo que tu mamá engaña a tu papá con el lechero o el carnicero, te va a
doler, si te enteras que tu pareja te es infiel, te va a doler.
Aprender
duele.
Saber
duele.
Eliud
nos enseñó que la muerte es parte de este proceso que llamamos vida, que es
natural morir.
Sócrates,
escribió Platón, decía que los filósofos se preparaban para la muerte. Sabemos
que vamos a morir, Eliud lo sabía y vivió siempre sabiendo que un día moriría.
Pero eso no evita el dolor.
Saber
que murió causó dolor.
Saber
duele.
Pero
saber también da alegrías. Y las alegrías se comparten. Los logros se
comparten.
El
saber, el conocimiento se comparte. Los que comparten son compañeros. Compañero,
viene de compartir el pan, comer el
mismo pan. Las palabras nos comparten conocimiento, alegrías, muchas cosas. El
conocimiento que se comparte es el pan que nos alimenta para vivir mejor.
El
maestro nos explicaba las cosas desde su etimología, desde su significado
primero, su sentido verdadero, desde el origen de esa palabra, sus evoluciones,
transformaciones, usos, y de ahí para adelante.
¿Por
qué lo hacía así? Pues decía que tenía que hacerlo porque nosotros, tú, yo, los
demás, “la perrada”, somos tontos; estudiamos en el chafilleres o el nopalep,
si bien nos fue.
Nuestros
maestros (rateros oficiales del estado, les llamaba él), son teporochos,
acosadores, delincuentes con título y hasta plaza, maestros por necesidad ya
que no encontraron un buen trabajo y ya aunque sea de maestros le entraron.
Eliud
enseñaba con dibujitos, con cambios de tono en su voz, no suponía que como
éramos universitarios sabíamos escribir leer y escribir correctamente.
“Seguro te caíste de chiquito”, decía,
“pregúntale a tu mamá o a tu papá”, “ah, pero si tu mamá es gorda, tu papá
borracho y tu hermanito tiene mocos verdes”.
“La filosofía empieza con uno mismo en
el lugar donde se encuentra, cuando despiertas, abres los ojos y ves algo, te
levantas de una manera y no de otra, te bañas con un método, eso es el cómo se
hacen las cosas”
“Si no has comido tus pensamientos y
acciones se enfocarán en la búsqueda de comida para saciar el hambre, si no
comes bien no puedes pensar bien, no puedes trabajar bien, no puedes aprender
bien, no puedes filosofar”.
“Quieres hacer la revolución ¡pero no
eres capaz de tender tu cama!”.
“Te lavan el cerebro con anuncios, toma,
toma, fuma, fuma, fuma, compra, compra, chíngate, chíngate, chíngate”
“¡Te crees bonita!”
“Nomás piensas en bombear y bombear, en
chúpale pichón y quemar de la Acapulco Golden”
“Pobrecito de ti, le dices mi amorcito,
cosita, a la araña que presentas como novia, y ese no es tu novio, es el
antropoide que te quiere bombear”
“Hablan en diminutivo amorcito, cosita,
porque así tienen su cerebrito, chiquito”
“No jóvenes, el amor no es bombear y
bombear”
“El amor es la chinga diaria por alguien
que ni siquiera conoces”
“Es trabajar, es comprometerse, es
disciplinarse, y el sexo es una armonía, es un vaivén, es un sístole, es un
diástole… pero no, ustedes qué van a saber del amor”
“Ustedes saben de chúpale pichón, de
drogas, de andar todos mugrosos y greñudos como cavernícolas, van al antro,
háganme el favor, el antro es un tugurio donde todos se aparean como bestias”
“Se creen libres, libres porque se
embriagan, porque se pintan las nalgas o se perforan el hocico, sí, se creen
libres por eso, pobrecitos, ya los jodieron en su casa, ya los jodieron en la
escuela, ya los jodieron con el canal del desagüe, ya los jodieron con forma de
vestir, de pensar, de hablar, de existir”
“Se creen libres pero no pueden ni
quitar al maestro borracho, al diputado o presidente que roba descaradamente,
no, de eso no son libres, no sin libres de elegir ser honestos, limpios,
estudiosos, de cambiar lo que está mal, de eso no son libres, solamente son
libres de embrutecerse”
“Se denigran ustedes mismos, se
embrutecen peor que animales, los animales tienen sensibilidad, ustedes por el
alcohol y las drogas se vuelven como vegetales o minerales, ya ni sienten, se
orinan y se cagan con todo y ropa”
“Cuando llego a la escuela, los veo
tirados en el piso como perros, y a veces traigo cacahuates o alguna cosa para
aventarles mientras paso, no me vayan a morder o ensuciar con su mierda, tienen
mierda en el cerebro y por eso hablan pura mierda, les apesta el hocico a
mierda”
“Lo malo es que crecen y se vuelven
fábricas de pordioseros, mira, ahí va caminando una fábrica de pordioseros,
sola, abandonada porque el patán que la embarazó, la dejó, y él anda ya con
otra, a la que le hará lo mismo”
“El hampa los quiere drogados, débiles,
brutos, el gobierno los quiere pobres para darles limosnas y decir que están
trabajando por y para ustedes”
“Lean, lean historia, no se dejen engañar
por las cosas bonitas, cuídense de los inteligentes porque esos son los que los
están chingando, los inteligentes son los que les roban, los que mal dirigen
las escuelas, las instituciones, los gobiernos”
“Yo no soy su maestro, soy su amigo, les
enseño lo que me ha costado saber, se los enseño con gusto, yo no les cobro si
me preguntan algo, yo no doy clase por dinero, yo doy clases, yo enseño aunque
no me paguen”
“Y cada semestre me dan menos horas”
Frases
como flechas para atravesarnos, despertarnos, provocarnos, para incitarnos a
pensar, a darnos cuenta de las cosas, a cuestionar, a cambiar.
Una
vez que las flechas daban en el blanco de nuestra ignorancia, nos damos cuenta
de lo ignorantes que somos, que desconocemos hasta lo más propio de nosotros,
entonces es momento de empezar a estudiar para conocer-nos.
El pensador. Rodin. |
Eliud
nos introdujo a la filosofía como una interpretación del mundo para
transformarlo, como una relación de amor que exige compromiso, libertad en
comunidad, respeto, honestidad, moderación, sacrificio, dedicación, estudio
incesante.
La
filosofía como una forma para lograr la felicidad, el bien vivir.
Las
clases que impartía el maestro Eliud eran sostenidas por su amplio conocimiento
filosófico e histórico, siempre con una
postura crítica y no criticona, trabajando con las herramientas de la razón,
con compromiso ético, con conocimientos y técnicas psicológicas.
Hablaba
latín, griego, francés, inglés, italiano y más, en su cátedra empleaba recursos
didácticos, y nunca faltaban las alegorías, metáforas, ironía, sentencias,
dichos, refranes, y una inagotable autoridad e inspiración moral, franqueza,
cordialidad, alegría y entusiasmo.
Mi
visión de la filosofía, de la vida, de mi vida, del mundo; el arte, la cultura,
la ciencia, la economía, la política, la estética, la pedagógica, la erótica, y
todo lo social e individual que atañe a lo humano se tambaleó, entró en crisis,
se cuestionó, se replanteó, se reordenó y fortaleció gracias al maestro Eliud.
Maestro
y filósofo en sus más gloriosos significados.
Sus
pensamientos y sus acciones se correspondían.
Murió
José Eliud García Medrano, duele saberlo.
Su
filosofía de la buena vida perdura.
Decir
que somos sus alumnos es una dicha y una responsabilidad porque vimos en él, la
libertad, el amor y la sabiduría que cultivó y compartió para que trabajáramos nuestra
propia filosofía, con la que ahora, sin él, seguimos el camino.
Conmemoremos
la vida del filósofo y maestro que hoy nos recuerda que saber duele,
doliéndonos su partida.
Y
en concordia con su memoria encontremos consuelo en el tesoro que nos dio; su
amistad y sus enseñanzas.
Gracias
maestro Eliud.