Por qué soy mequetrefe
Por
Moisés Cabo Leyva
“y me dicen cholo, pacheco, pasado,
hippie, punketo, mechudo, rapado,
muestrario de aretes, poeta frustrado,
pintor de segunda y tercera mano,
eskato, sandino, rockero, tumbado,
marquista, guevaro, rojillo, tatuado,
loco,
orate, avionado y demente,
y todo por pensar diferente”
Armando Palomas
Un
mequetrefe es alguien que camina, que anda, que va, ufano. Dice el diccionario
de la Real Academia Española: mequetrefe, fa. Quizá del ár. hisp. *qaṭrás 'el
de andares ufanos'. m. y f. coloq. Persona entremetida, bulliciosa y de poco
provecho.
Mequetrefe
es una palabra muy interesante, tiene un origen árabe y sabemos que los árabes
conquistaron por unos 700 años a los españoles.
“Mequetrefe”
tiene el mismo origen que “Alcatraz”, que también es de origen árabe:
alcatraz.
Quizá del ár. hisp. *qaṭrás 'el de andares ufanos'. m. Ave marina pelecaniforme, propia de mares
templados, de color predominantemente blanco cuando es adulta, pico largo y
alas apuntadas y de extremos negros.
Mequetrefe,
en un sentido muy general por su origen, es el que se distingue (de los demás)
por la manera en que anda.
El
primer registro escrito de la palabra mequetrefe se adjudica a Pedro Calderón de la
Barca, en su famoso libro “La vida es sueño”, publicado en 1635:
Tomado de "La vida es sueño", Pedro Calderón de la Barca
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Mequetrefe
ha sido entendido como una persona bulliciosa, de poco provecho, de dudosa palabra,
incluso, se ha usado como niño, o alguien infantil.
En
1875-1893 en Brasil, se publica “O mequetrefe”, en portugués, “El mequetrefe” en
español, una publicación controversial, polémica, satírica, crítica de la
política, del gobierno, de las clases dominantes.
Actualmente
“mequetrefe” no es una palabra de uso frecuente, pero tampoco ha caído en el
olvido, en Galicia existe un grupo underground llamado “Mequetrefe”, en México
tenemos al “Meketrefe” músico electrónico urbano, y algunos grupos de música
norteña de banda, en sus canciones mencionan a cierto mequetrefe.
Conocí
la palabra “mequetrefe” por una canción de Jaime López;
cantautor mexicano que
compuso la famosa rola “Chilanga Banda” y que Café Tacuva hizo sonar y
popularizó a finales de los años 90s, que bien podría ser el himno de “los
chilangos”, esos que se sienten que todo lo pueden, lo saben y son reconocidos
en todo el país por su manera de hablar, de actuar, y de vivir, muy diferente a
la de la gente de provincia.
La
canción “El mequetrefe” dice así;
Usa un arete el mequetrefe
y un sonsonete tan tropical
cuando se pone a cotorrear
el mequetrefe es del DF
de Tacubaya de Bucareli
Del mero rumbo rumbero es
De la Aragón o de la Merced
le viene igual al fin mequetrefe
con su balero sus capiruchos
La capirucha lo mira andar
esta ciudad es su capital
pal taloneo dizque es muy ducho
y en el bullicio del edificio
la vecindad y del callejón
le mete a tocho pero señor
él no nació en el condominio.
Las apariencias engañan tanto
y en Coyoacán se quita el arete
porque ya todos se lo copiaron
caricaturas de mequetrefe.
Llega y te escupe un simón o nel
alarga el cuello y se te entromete
si viene, trucha con la garrucha
aguas mi buen con el mequetrefe.
Ese
mequetrefe es del DF, pero entrometidos hay y ha habido en todas partes en todo
tiempo.
Entrometidos
que van de aquí para allá con singular estilo, reconocidos por sus expresiones,
gestos, ropas, e intenciones.
Alguna
vez, los pachucos fueron los entrometidos, como Tin Tan, ese inigualable
mequetrefe, que jugaba con el idioma, con la música, con la fama, pero en su
momento, los pachucos fueron mal vistos, juzgados.
Cantinflas
en una película exhibe un letrero “No hay servicio para uniformados ni
pachucos”.
“¡Eh, pá! ¡Fuiste pachuco! ¡También te regañaban!
¡Eh, pá! Bailabas mambo, tienes que recordarlo.”
Dice
la famosa canción que Maldita Vecindad y los hijos del quinto patio, aportaron
a la humanidad.
Pachucos,
cholos y chundos, y otras bandas, asociaciones, grupos, colectivos, tienen mucho
de mequetrefes, los caifanes (hombres preeminentes de barrios de ciudad según
el diccionario) en la película de la que el grupo de rock tomó el nombre, son
más mequetrefes que preeminentes o pícaros.
Pachuchos,
caifanes o cholos, tienen el mismo origen del uso de mequetrefe; el que se
distingue por su andar.
El
mequetrefe que los árabes usaban para nombrar a las aves que se distinguía de
otras, en español pasó a tener una connotación despectiva (quizá por venir del
árabe), como otras palabras “algarabía” que es la lengua árabe y se ha usado y
entendido como bullicio, o relajo.
El
mequetrefe, en Brasil, el irreverente, el crítico, el que se distingue del
dominado y del dominador, el que inconforme critica al que lo oprime.
En
México, el mequetrefe, es señalado, porque se sale de norma, pero peor, porque
va solo, no tiene un grupo que lo respalda, no es un pachuco, no es un cholo,
no es un caifán, no es sultán ni jeque, sin lacayo ni jefe es el mequetrefe.
Toda
mi vida me han llamado revoltoso, entrometido, criticón, problemático,
inconforme, rebelde, creído, presumido, orgulloso, parrandero y mucho más, quizá algunas cosas sean ciertas, quizá no todas, o no tanto.
Lo
que sí es cierto, es que he vivido en una sociedad agachada, reprimida,
callada, dominada económica, política, pedagógica, cultural y eróticamente.
Y
quizá por haber nacido y crecido en una familia que tres cosas siempre procuró
y sigue procurando; amor, libertad y educación. Es que mucha gente me ha visto
como creído, revoltoso, entrometido, criticón y todo lo que ya mencioné.
No
me gusta callarme cuando veo una injusticia, cuando alguien quiere abusar o
violentar a otro por débil, vulnerable o desprotegido.
¡Nunca
nadie me podrá callar! Dice la canción.
¡Qué onda ese! ¡Soy mequetrefe!
Mi
libertad necesita la libertad de los demás.
Somos
seres sociales y lo que afecta a uno, le afecta a todos.
Me
incumbe la vida social y participo en ella a través de todas las relaciones
humanas que tengo y establezco, y sí, meto mi cuchara, porque eso es
participar, tomar parte de algo.
Soy
mequetrefe, porque me distingo de los demás; en mis diferencias personales, en
mi forma de ver, pensar, sentir, interpretar y actuar en el mundo. Pero todos
somos diferentes en lo individual, y somos iguales en lo general. Debemos tener
los mismos derechos y si no los tenemos, hay que exigirlos.
Reconozco
mi libertad y acepto mis limitaciones, estudio por amor al conocimiento, me
interrogo, reflexiono y cambio, porque me equivoco y me esfuerzo por corregir
mis errores.
Estoy
orgulloso de mi familia, aún con las diferencias ideológicas, políticas y de
conciencia, porque las diferencias nos enriquecen a todos y porque son expresiones de su
libertad. Orgulloso
también de mis amistades, que son la familia que elegimos, y sus alegrías son
mías y sus dolores también. Respeto
tu diferencia y afirmo nuestra igualdad de derechos y obligaciones.
Estoy
seguro que el amor y educación son el modo y las herramientas que tenemos para
enfrentar la realidad, la vida, los problemas, las situaciones que nos
condicionan y que podemos cambiar. Por
eso es importante el arte como proceso creativo, como proceso catártico y como
forma de conocer, pues también es transformar.
Te
invito a conocer este blog, las colaboraciones que lo hacen posible, y a unirte
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por estar aquí.