"Un medio día triste". Cierro los ojos y escucho la armónica de José Cruz, inyectando blues a mi sangre. Mi cabeza se hace para atrás tensando los músculos del cuello. Yo también “pago mi renta con un poco de blues”. El bombo lleva el ritmo de mis pasos, el bajo prende mi cigarrillo, y los platillos de la batería son pequeños espasmos que mueven mi ojo derecho; para ti sólo es un “tic” nervioso.
“Azul, azul, una música lenta y azul” llega a mi mente mientras camino bajo el sol que quema mi piel y derrite mis ganas de verte. Ya no voy a ninguna parte, me encuentro al fulanito de tal y me pone una cerveza en la mano, yo que iba por un “beso de ginebra” mejor me quedo aquí tragando amargo y refrescando mi alma en llamas, de todas formas, ya sé que no soy “el hombre de tu vida”
