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El poema de la vida. Por Moisés Cabo Leyva.

Foto: J. R. R.


Con este texto participé en el programa NUNCA SE SABE. RADIO, al que fui amablemente invitado por Angie Pagnott-Depersia y Tommy Tow, que conducen desde Berlín, Alemania, en coordinación con ladesterrada.com desde Argentina.




“Escribo, por lo tanto, porque estoy momentáneamente viva, en tránsito, y no quiero olvidar aquella calle, un rostro que vi mientras caminaba, o la alegría que sentí al manifestar por la calle junto a compañeros que no habían leído libros, ni sabían lo que hacía yo, ni me lo preguntaban, pero alcanzaba con saber que en ese momento estábamos uno al lado del otro, hacíamos algo juntos, y ese sentimiento creaba la confraternidad”.
Cristina Peri Rosi, 1968.


Hoy es un buen día para morir
el sol salió hermoso
y las aves anuncian calor
vida
fuerza
hambre.

Hoy es un buen día para morir
defendiendo los ideales
que son lo único que nos mantiene en pie
los sueños
las esperanzas de una vida plena.

Estas palabras que ahora son invitadas a la fiesta de la vida de otras personas, son un agradecimiento a mis amistades y a los nuevas amistades, anfitrionas de este espacio en que difunden la palabra, la poesía, la música, la cultura, el amor, la libertad y la amistad.

La amistad, que es un vínculo surgido de gustos, intereses y/o valores, se fortalece con la práctica, y se practica queriendo.

La amistad como una forma de amor, es un ejercicio de libertad.

Somos libres de compartir, disfrutar, también de sufrir, de confiar, de apoyar, de cooperar, aprender, respetar y superar las adversidades.

Cultivar la amistad es hacer comunidad, una cuestión no sólo de teoría y práctica.

La amistad es urgente en estos tiempos caóticos donde la individualidad, el egocentrismo y la superficialidad imperan, convirtiéndonos en una sociedad fragmentada, indiferente y hostil.

Por eso a pesar de las diferencias ideológicas y los problemas, las amistades nos sostenemos, a veces firmes, a veces flexibles, pero mirando al porvenir y haciéndole frente.

A mis amigos.

Quiero regalar a mis amigos
mis emociones
para que hagan canciones
sones o poemas,
décimas o esculturas,
fotografías o comida,
quisiera que cantaran conmigo
reunidos en mi pecho
todos
todos mis amigos.


Y así, con errores y con aprendizajes, con buenos y malos ratos, cerca o lejos, pero solidarios, tenemos y somos amistades. Pero también dejamos de tenerlas físicamente, y duele su partida tanto o más que las alegrías.

Algunas amistades han fallecido, pero dejaron su huella imborrable en mi vida, en mi concepto de amistad, y sus palabras quedan escritas en el poema que es la vida.

Para mis amigos muertos escribí lo siguiente;

Lejos.
(A los muertos)

Nos dejaron ayer
y yo necio
aquí,
hablando de ellos.

sus nombres escritos en sus sonrisas
sus apellidos resonando en sus silencios
sus gestos coloridos pegados a mi memoria gris
sus voces de efímeros atardeceres 
ahogados en la noche que nunca amanece.

Me susurran con frecuencia
Que los fantasmas existen
Y que yo sin creerlo
me volveré uno de ellos
lejos de esta herida carne que duele.


Los invito a escuchar el programa, donde estaré participando con una sección llamada "Arando al aire".



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