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¿Es el amor la solución a los problemas?

Por Armando Madrazo Contreras
“Yo me someteré al amor
aunque destroce mi pecho con sus saetas
y sacuda sobre mí sus antorchas encendidas”
Ovidio

El momento histórico que vivimos parece estar fundamentado en un Derecho; la propiedad privada. Las guerras siempre han sido por problemas de dominio, de poder. La industria bélica no se anuncia en televisión pero es un negocio de mucho dinero. Tanto gobiernos como delincuentes y ciudadanos consumen este tipo de producto para protección de sus propiedades.
En la actualidad el dinero parece ser el dios al que todos sirven. Se admira a una persona por su nivel
de ingresos económicos y la cantidad y calidad de lo que consume, sea necesario o no. Vemos diariamente en los noticieros y medios de comunicación cómo ha aumentado la violencia en el mundo, cómo han aumentado los índices de mortandad por esta causa.
Gran población del mundo vive estresada, vive endeudada, vive con hambre, vive con miedo, y sin embargo todavía, parte de esa población cree en el amor.
Como corazones han existido, así podría haber definiciones de lo que es el amor, tarea ardua y muy general que reduciremos de una modesta manera para efectos de este texto.

¿Acaso el amor es la respuesta a los problemas de la humanidad?

Esta pregunta presupone que sabemos qué es el amor. Sin embargo, antes de querer responder si el amor es la respuesta a los problemas de la humanidad, veamos cómo puede concebirse el amor.
“¿El amor es amor es de alguna cosa o de nada?” Así preguntó Sócrates a Agatón. Evidentemente amamos alguna cosa, alguna persona. ¿Este amor es un sentimiento?
Para Erich Fromm el amor es un arte que puede aprenderse, practicarse, no es algo que nos pasa, sino más bien es una acción, un estado continuo de acción.
Osho dice que el amor es un desbordamiento, es compartir.
Para el cristianismo el amor “Todo lo sufre, todo lo cree, todo lo espera, todo lo soporta”. En cambio Para Nietzche el amor todo lo supera.
Vemos nosotros que algunos autores dicen que el amor es tan grande que es posible conocerlo desde distintas perspectivas, pues el amor se puede vivir hacia con algún dios, con la familia, con las amistades y por supuesto, el amor sexual, con la pareja.
Con esto nos damos cuenta que la palabra amor es según cada cultura, expresada de diferente modo, y vivida de maneras que quizá sean incomunicables para otras personas. El amor es y ha sido tema de grandes reflexiones, historias, poemas, canciones.

Es ahora, precisamente en estas fechas, un concepto que se utiliza como producto de consumo, se ha creado de una manera más que astuta una relación entre el amor y la economía, el amor puede medirse en tanto se vea reflejado como adquisiciones de bienes, necesarios o no, simplemente acumulados como si entre más objetos acumulados mayor es el amor de quien da esos objetos, es decir, el amor que es dar, que es desbordamiento, que es arte, es producto, es acumulable, es capital.

Parece que es también, propiedad privada. El objeto amado, la pareja, es considerada consciente o inconscientemente, como mercancía, como un valor adquirido, como un bien mueble, que bien ha sido adquirido a través de un proceso, es examinado en tanto los beneficios que otorga, y si deja de otorgarlos, es dejado, con tristeza, pero dejado a un lado y sustituido por otro. El amor se compra con dinero o con actitudes, es el contrato sin papel. Pero legislado por la propia ideología, es decir, el objeto amado tiene derechos y obligaciones; la exclusividad que algunos llaman fidelidad, es derecho y es obligación. Su no cumplimiento conlleva consecuencias que pueden llegar incluso a los ámbitos jurídicos de la sociedad. La pena, una multa administrativa que se traduce en dinero, en bienes materiales.

Es necesario ver en el amor, una creación social más. Es una construcción social que es inventada y reinventada cuando la persona dice amar, cuando se sabe amado, cuando incluso ni dice amar ni se sabe amado. Que asume un valor diferente en cada cultura y época, que se manifiesta y desborda de distintas formas en cada persona. Pero es precisamente el hecho de influir en las personas, lo que ha ocasionado problemas, ya sea entre esposos, padres e hijos, y sociedades. La apertura hacia las múltiples formas de amar, es un camino que algunas personas quieren conocer, el amor concebido a través de una sola tradición puede llegar a discrepar en tantos puntos con otra práctica del amor que se vea en la situación de juzgar toda forma de amor diferente a la suya, que es un caso frecuente cuando se trata del amor a algún dios. Y más aún, cuando esta tradición indica también el modo en que debe ser el amor entre parejas, padres e hijos.


“Y es que no importa que digan que está trillado hablar de amor, que maldigan si no han probado la noche en sus brazos de sol”.
Alejandro Filio

El amor de pareja desborda pasión, más explosivo que la dinamita, es la marea en calma pero también mar embravecido. Aquí es donde nacen las historias de cortejos, romances, tragedias, pasiones y traiciones. El erotismo con múltiples fases, la sensualidad, la seducción, la concupiscencia, la pasión, el deseo y la consumación.
El amor de pareja es una rara comunión, puede ser todo mágico o todo tan crudo, tan real.
El deseo de protección, de compañía, la furia instintiva del sexo. Salir a caminar lleno de euforia y complacencia, platicar en una banca de algún parque. Amar sin decir palabras y con ellas. La pareja como creación social fundada en el amor.
Y sin embargo para muchas personas es lo más conocido y puede ser doloroso.

“Quién no sabe en esta vida la traición tan conocida que nos deja un mal amor”
José Alfredo Jiménez

Parece que el amor deja dolor donde va pasando, deja tristeza. Es el amor la causa de cuántas tristezas. El desamor no existe sino sólo como palabra, refiere sólo a la ausencia del objeto amado, la privación. Esa tristeza que muchos llaman desamor es un amor desapareciendo, paulatinamente. Es la caminata en círculos, es la afirmación de que una palabra, un concepto, no basta para describir lo vivido, no basta incluso la palabra amor, pues parece que se esfuma, que se convierte en fantasma, en sueño, en pesadilla o en olvido.
El amor, como dijimos antes, es una reinvención social, psicológica y moral. Y si alguien le llama desbordamiento, alguien puede llamarle carencia, si para alguien es vida, para otro puede ser como la muerte. El amor puede ser divino, o netamente humano, de tierra y agua.
Con el escritor español Leopoldo María Panero podemos pensar que el amor también puede ser muerte, o un puente hacia ella.

Necrofilia
(prosa)
El acto del amor es lo más parecido
a un asesinato.
En la cama, en su terror gozoso, se trata de borrar
el alma del que está,
hombre o mujer,
debajo.
Por eso no miramos.
Eyacular es ensuciar el cuerpo
y penetrar es humillar con la
verga la
erección de otro yo.
Borrar o ser borrados, tando da, pero
en un instante, irse
dejarlo
una vez más
entre sus labios.

Parece hasta aquí, que el amor, en la medida en que puede ser una solución a los problemas del ser humano, es también, uno de los conceptos que más problemas ha causado para la humanidad. El amor puede ser un objeto o producto, que se compra o se adquiere, y se tiene gracias al derecho de la propiedad privada, puede ser medido con base en la acumulación de objetos materiales como equivalente. El amor es causa también de tristezas, y no por estar enamorado, sino por estar privados del objeto amado, ya sea porque “perdimos los derechos que teníamos” o porque el objeto no cumple nuestras peticiones. Con el sistema económico en el cual vivimos, que a través de medios de comunicación, y nuestra mentalidad como sociedad hemos hecho esta visión del amor; una mercancía para vender un catorce de febrero.

“Todo lo que necesitas es amor” J. Lennon

Pero yendo en otra dirección, y si buscamos ahora al amor, en tanto solución a la vida humana, podemos considerar por ejemplo al amor “como la chinga diaria por alguien que ni siquiera conoces” como enseña el filósofo mexicano Eliud García, amor como esfuerzo, como trabajo, como responsabilidad con el otro y por el otro, una relación de concordia con el prójimo, con el que está junto a nosotros.
El amor como compromiso social, sería entonces una acción constante, un desbordamiento de una actitud en armonía con los demás, sería el trato ético entre personas. Entre el hombre y el mundo. Entre hombre y mujer. Una relación erótica donde hombre y mujer no sean objetos adquiridos uno por el otro, sustentada en el apoyo, la confianza, la libre elección.
Amor como relación filial entre hermanos que juegan juntos o construyen un patrimonio familiar. Esta perspectiva del amor, como una actitud ética, como un esfuerzo por mejorarnos para vivir con los otros, que ni siquiera conocemos, sino sólo en tanto iguales como personas.
El amor como solución, tendría que llevarse incluso a los ámbitos pedagógicos, una relación de amor entre maestro y alumno, consistiría en el reconocimiento mutuo como personas, como seres con las mismas necesidades básicas con quienes comparte el mundo. Que así como todos tienen derecho a una vida plena, esta relación de maestro y alumno sirve para conocer la situación en que vive y la importancia de su lugar dentro de la sociedad. La educación como otra forma de amor, un amor constructivo y responsable.
Y así irse extendiendo a lo político, lo económico, para mejorar la sociedad.

Esta faceta del amor, en tanto solución, ha sido retomada por distintos personajes dentro de la historia, y al parecer es una de las esperanzas que más impacto social ha tenido en décadas cercanas. Y seguirá siéndolo con nuevos abanderados y con nuevos seguidores.

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