Del placer por causar dolor: Sade.
Por Moisés Cabo
D. A. F. de Sade
Había
una vez en la Francia del siglo XVlll, un hombre llamado Donatien Alphonse
François de Sade, o mejor conocido como el Marqués de Sade. Nacido el 2 de
Junio de 1740, fue un hombre educado en el pensamiento liberal, racionalista y
empirista característico del Siglo de las luces. Pasó más de veinte años en la
cárcel a causa de su estilo de vida, escándalos con prostitutas a las que se
presuntamente flagelaba o violentaba, así como por problemas con su suegra),
sus escritos, muchos de sus escritos
fueron censurados y quemados.
Entre
sus principales obras encontramos, Diálogo
entre un sacerdote y un moribundo. Las ciento veinte jornadas de Sodoma o La
escuela del libertinaje. Aline y Valcour o La novela filosófica, publicada en
1795. Justina o los infortunios de la virtud, publicada en 1791. La filosofía
en el tocador. La nueva Justina. Los crímenes del amor, novelas breves. Julieta o el vicio ampliamente recompensado.
Historia secreta de Isabel de Baviera, reina de Francia; La marquesa de Gange.
Es
importante mencionar el contexto histórico-político-económico-social en que
vivió Sade, puesto que su obra se ve influenciada por estos aspectos y los
movimientos culturales de la época. Durante esta época surge la mecánica
Newtoniana y la teoría de la gravitación universal, la teoría heliocéntrica con
sus primeras evidencias científicas y otros sucesos en el ámbito de la
ciencia, en el plano intelectual se
cuestiona el absolutismo, es decir, el poder magnánimo del rey y su
representatividad de dos en la tierra, son factores de suma importancia no sólo
para Francia, sino para el mundo (México todavía no existía como nación, se
trata solamente de la Nueva España), además de que surge la revolución
industrial que marcará un nuevo rumbo para las sociedades occidentales.
En este ambiente en punga por la libertad política, religiosa, y
por la prosperidad económica crece y vive el que posteriormente fue llamado por
sus seguidores como el Divino Marqués. Pero surge la pregunta ¿Por qué es
importante conocer al Marqués de Sade?
Para responder a esta pregunta es necesario esbozar someramente lo
que es el Sadismo, el cual se define según la RAE como: (De D. A. François,
marqués de Sade, 1740-1814, escritor francés). 1. m. Perversión sexual de quien
provoca su propia excitación cometiendo actos de crueldad en otra persona. 2.
m. Crueldad refinada, con placer de quien la ejecuta.[1]
El divino marqués, en su extensa obra que abarca la novela, el
cuento, el teatro, la poesía y por supuesto, el discurso filosófico, aborda las
temáticas sociales y describe las desigualdades económicas y culturales,
describe las injusticias políticas, critica la moral cristiana y la institución
religiosa católica, y son las prácticas sexuales junto con las disertaciones
las que sirven de aglutinador de todos los aspectos antes mencionados. Para
Sade los crímenes antes de cometerse deben ser justificados por la razón, que a
su vez es justificada por la naturaleza. Sade no es un escritor erótico, no
crea sensualidad, ni la busca, ni la valora, Sade es un escritor cruel, limpio
y culto en el lenguaje pero atroz, grotesco en las acciones, su ideología no
puede separarse de las pasiones, basada en el interés propio, en el egoísmo
integral no tiene otra ley que el placer.
Filósofo ateo y materialista fundamenta su praxis en la
naturaleza: “En ella todo existe y su
seno creador se agita a cada instante sin principio motor”.[2]
Y de ella deriva todas las pasiones humanas, negando al dios cristiano y a
todos los dioses: “Tu dios es un aparato que
has fabricado para servir a tus pasiones, que lo mueven a su voluntad”.
De tal manera que la mentira, el robo, el incesto, la tortura, el
asesinato, la coprofilia, la zoofilia, la necrofilia, son sólo algunas de las
formas que por sí solas o combinadas entre sí provocan ese placer tan buscado y
tan detalladamente elogiado y argumentado por la racionalidad humana, por esa
maldad intrínseca de la naturaleza.
Para Sade la sociedad está y debe estar dividida en clases, grandes
libertinos ricos; Papa Pío VI, Rey y Reina de Nápoles etc. Ayudantes mayores,
(funcionarios del libertinaje) narradores y alcahuetas. Asistentes; criados,
verdugos, proxenetas. Sujetos ocasionales. Esta división de clases no es mera
casualidad, Sade es un escritor ordenado, tanto para el orden de las orgías,
como de los alimentos, de los discursos, de las torturas, de los asesinatos, de
la educación que deben recibir los ricos y los pobres y de todo elemento de su
obra.
Según el filósofo Francés Jean Paul Sartre, las relaciones humanas
son sadomasoquistas, es decir, los comportamientos se basan en el control que
ejerce una persona sobre otra, así la persona que controla, adquiere seguridad
en ese control, en el uso de ese poder, pero a su vez, la otra persona,
adquiere seguridad en el sometimiento, en la obediencia, lo que también suele
llevarse a los planos del dolor-placer. Por ello, el problema de la libertad
será crucial tanto en el pensamiento Sartreano como en el Sadiano, y
posteriormente en autores contemporáneos.
En las relaciones de pareja, es común disfrutar con el dolor que
le provocamos a nuestra pareja, y aunque pueda sonar descabellado para algunos,
llegamos también a disfrutar del dolor que sufrimos por alguien, o que ese
alguien nos produce. Algunos autores llaman a esta forma de relación como
“dominación erótica” donde muchas veces es el hombre el que somete a la mujer,
la trata como un objeto, la “cosifica” y la somete, la violenta, la viola, la
humilla.
Pero no sólo en este nivel de relación se presenta el Sadismo,
sino también en lo pedagógico, en lo social, político y lo económico, un
maestro que ridiculiza a un estudiante, un sacerdote que engaña a sus fieles,
un gobernante que abusa de su poder explotando al pueblo, un pueblo que somete
a otro pueblo, una nación que domina y explota a otra en busca de beneficios.
El divino marqués, es pues un gran crítico de la sociedad de su
época, entiéndase tanto en lo económico, político, moral, religioso y
filosófico. Muestra clara de un espíritu ilustrado que se ve en su estilo
literario que aunque no agrada a muchos, es todavía comentado y estudiado en la
actualidad, sea desde la filosofía, la psicología o literatura.