Por Moisés Cabo Leyva
Recuento de los daños cerebrales.
El año pasado (diciembre de
2017), me escribió el camarada filósofo y poeta Christian L. Martínez Aguilera,
codirector de la Revista Digital Cronopios y Divergencias para saludarme e
invitarme a colaborar escribiendo textos para su plataforma. Platicamos sobre
el proyecto que llevaba ya más de un año publicando contenido literario,
filosófico, científico, de opinión, y otros temas de interés actual.
Me gustó la idea de escribir en
una revista digital que ex compañeros de la universidad crearon y mantenían con
buen ánimo y constancia a pesar de las adversidades.
Así que acordamos iniciar mi
colaboración recién iniciara el año 2018, me comprometí a escribir cada 15 días
una columna que llevaría por nombre “Tirando aceite” en honor al profeta del
nopal Rockdrigo González, y la cuál pretendía comentar algún tema con una
ligera crítica o propuesta, o ambas. Y así comenzó lo que para mí era un reto,
un placer y un compromiso.
La columna quincenal se volvió
semanal.
Lo cierto es que disfruté y sufrí
el escribir una columna.
¿Para quién escribo? Siempre me
preguntaba.
¿De qué hablaré? Sólo sé que no
sé mucho de algo ni de poco.
¿Qué pensará quien me lea? Si
acaso alguien me lee.
Amigos y conocidos (pocos) me
leían a veces, después de mandarles los enlaces por Messenger o Whatsapp, porque
eso sí, cada semana compartía el enlace quizá hasta molestando a los pobres
cibernautas que me tienen en sus redes sociales, pero al final, algunas
personas me decían que les había gustado lo que escribí, otros que no les había
parecido tal o cual idea, y ya. Descubrí al pasar las semanas, que escribía
para ellos en primer lugar, y después para mí.
A veces alguien me sugería los temas
y a veces yo los elegía después de buscar temas con titubeo, y sí, también hubo
“inspiración” escuchando charlas, noticias, viviendo situaciones, incluso
escribí con dedicatoria especial.
¿Qué tipo de temas?
Desde las pretensiones al
escribir, las redes sociales, los celos, la monogamia y poligamia, los maestros
por necesidad, pensamiento mágico, fútbol y otras chucherías mentales del
momento, incluyendo claro, la comparación de información, ideas, para aprobar,
reprobar o burlarme de algo o alguien. Sí, aunque suene aburrido, siempre
intenté (no sé si lo logré), que aquellas personas que me leyeran sintieran
algo, risa, duda, molestia, sueño.
En el mes de junio hubo una
presentación en vivo y en directo, con invitados (pocos asistentes), en la que
participamos colaboradores hablando sobre la revista, las columnas, poesía,
literatura, filosofía, ciencia y chismes de lavadero, estuvo genial (al menos
para mí), me divertí bastante y luego salimos a cenar y tomar unos tragos
(algunos de los invitados y colaboradores).
Tristemente días después falleció
un gran amigo. Conocido por parte del equipo de Cronopios y Divergencias, se le
dedicó la editorial luctuosa.
Después, el sitio web cayó,
calló, y no subimos más contenido.
La revista digital Cronopios y
Divergencias se contentó con compartir contenido de otras páginas, memes
expropiados, eventos organizados por otras instituciones, y bueno, la columna
Tirando Aceite dejó de aparecer, lo mismo pasó con la sección de La mosca en la
sopa, de la camarada filósofa y poeta Galaxia Guerrero, y las demás secciones
que existían desde mucho antes.
¿Qué pasó?
No lo sé, creo que los cronopios
y divergentes siguen trabajando en el nuevo sitio o nueva imagen de la revista,
debe ser algo de gran magnitud porque no han dado señales o adelantos de las
nuevas propuestas y contenidos, diseño o calendario, seguro que este 2019 nos
darán la gran sorpresa.
Por mi parte, Tirando aceite ha
derramado lo suficiente por este año, y quizá la última gota está ahora
secándose… esperando manchar un poco a los Cronopios y divergentes que le
dieron hogar y difusión.
Gracias camaradas por el espacio
y promoción de las ideas de este vil mequetrefe.
Más gracias a los amigos,
familiares y conocidos que leyeron, disfrutaron, criticaron, enriquecieron,
inspiraron, se aburrieron y/o compartieron alguna de las columnas, para ustedes
y por ustedes fueron escritas.
Gracias sumamente especiales para
todos los lectores de Tirando Aceite como de la Revista Cronopios y Divergencias.
Gracias Paco Caifán por ser mi
primer y más asiduo lector. Mi corrector de estilo y consejero filosófico, amigo,
colega, camarada y aliado.
Tirando aceite acaba en sus ojos.
El mequetrefe les desea felices
fiestas (inviten, no sean gachos), si tienen deseos para el nuevo año, satisfáganlos,
y que el placer y la salud (la salucita también) sean abundantes en sus
existencias condenadas a la libertad, usen la razón y la paciencia para
tolerar, transformar y mandar a volar a la sociedad y sus sistemas (económico,
político, cultural, pedagógico, erótico, etcétera), y si quieren, traten de
vivir en armonía en este mundo y universo indiferente a sus creencias e
intenciones.
Gracias.
Gracias.