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Calambre de yeso.




De la narración oral a los cuentos antropológicos.
Por Moisés Cabo Leyva

Les voy a contar algo ocurrido en la ciudad de Orizaba Veracruz, México, sucedió en el verano al mediodía en un parque abundante de álamos que ofrecían sombra a los personajes de esta historia, un par de narradores orales que comenzaron contando una historia y luego otra y otra hasta que tejieron con sus narraciones todo un bosque de cuentos antropológicos con los que quedé admirado, contento, y aprendí de la vida a la vez que me divertí escuchando aquellos relatos.

Dania y Julio son una pareja de soñadores, ella con una formación más inclinada al teatro, y él con mayor inclinación a la narración oral, cuentan cuentos de manera constante, haciendo equipo con Cecilia, actriz de teatro; juntos, conforman Calambre de yeso desde el año de 2017. 

Han venido contando cuentos a niños y adultos de la ciudad y del campo, en cafés, centros culturales y eventos particulares como fiestas de cumpleaños, además ha impartido talleres de narración oral; pues bien, contar cuentos es una actividad que a diferencia del teatro, requiere de una gran habilidad de improvisación y adaptación del momento y del espacio; ya que no es lo mismo presentar una obra en un teatro, a donde la gente va con toda la intención y atención, que contar un cuento en un café donde la gente llega a platicar y es necesario llamar su atención. 

Julio, por ejemplo, con formación inicial en el teatro, cuando estudiaba la carrera de antropología histórica, comenzó a contar cuentos para conseguir un poco dinero en la facultad de humanidades de la Universidad Veracruzana, luego en parques de la ciudad de Xalapa, y después en los camiones, donde notó que era un lugar-en-movimiento muy bueno para contar sus cuentos, puesto que los pasajeros están sentados uniformemente y es más fácil captar su atención, aunque requiera de una gran destreza para lidiar con el ruido del motor, de otros camiones, de los frenos y los movimientos bruscos del camión, sin embargo, y aunque no todos cooperan con alguna moneda, pues hay gente que no lleva nada, la satisfacción que consigue al provocar sonrisas o aplausos, es una motivación que le ha animado a seguir contando cuentos en camiones en ciudades difíciles como Puebla o la Ciudad de México.

Dania a su vez con una formación más escénica, hace del lugar donde se presenta, su escenario; una casa, el campo, una escuela o el café, es la artista que el público admira y con la que ríe o se sorprende pues al igual que Julio, con sus cuentos, nos enseña que los cuentos como la vida tienen finales pero no siempre felices.

Y es que en su trayectoria de cuenta cuentos se han topado con enemigos poderosos como son las políticas públicas que no favorecen a los artistas, o bien, los monstruos del desinterés cultural de nuestra sociedad que carecen de buenos ojos para las artes escénicas en general, además de los prejuicios generales como “son hippies, vagabundos, buenos para nada”. Por eso los cuenta cuentos trabajan arduamente con el estudio de literatura en general, cuentos, y también te corte académico sociológico y antropológico, con lo cual, logran adaptar cuentos universales, narraciones orales, en cuentos antropológicos que reflejan la vida diaria y la cultura que a veces es similar a otras, a la nuestra, a pesar del tiempo y los lugares.

Por eso reconocer su trabajo y el de todos los cuenta cuentos del mundo y artistas escénicos en general, es solamente una parte de las acciones que como sociedad tenemos que realizar, pues el arte, la literatura y la cultura, son también trabajos que merecen un pago justo y que muchas veces menospreciamos o queremos disfrutar gratis, regateando o quedándoles a deber e incluso creyendo que les hacemos un favor al invitarlos a presentarse.

Calambre de Yeso entonces, al estudiar la historia, la sociedad, la literatura, al conectarse con los cuentos universales y adaptarlos al momento y al lugar nos enseñan cultura, nos hacen ver imágenes, sentir emociones, degustar sabores, oler aromas, tocar texturas, imaginar lugares, escenas, personajes, pensar situaciones, buscar respuestas, reflexionar problemas, identificarnos, divertirnos y conmovernos como niños y como adultos, como seres mágicos y comunes, pues todos tenemos problemas y ellos hacen que incluso nos riamos de ellos de una manera amena, alegre, haciéndonos pasar más que un buen rato, logrando que queramos que nos cuenten más cuentos por favor.

Síganlos en sus sitios de redes sociales para conectarse con ellos, disfrutar su trabajo y apoyarlos:
Facebook: Calambre de Yeso.
Youtube: Calambre de Yeso

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