Por Armando Madrazo Poema humo de tu mirada, sonidos chillantes hacen confundir la molestia con el placer, y se suceden uno a otro como vaivén de un mar de alcohol sobre tus pechos. La música es una escalera y al subirla suenan nuestras pisadas, escuchamos una sinfonía de ceniza, un sueño morboso. Danzamos primitivamente, latir y carne, fuerza y canto, movimiento del derramamiento de vino, vómito inevitable, eyaculación imparable, ahogados de éxtasis la música termina. Silencio, paz de guerra, respiración regular, satisfacción animal, contento humano, cuerpos preparándose para otra guerra.