Ahí voy corriendo, como perro viejo y enfermo, corro tras las colitas para olerlas, corro impulsado por la fuerza animal que habita en  mí, voy con mis cuatro patas andando, a veces me detengo a orinar los postes y banquetas. Vagando canino voy por las calles, mi comida es de la calle, lo que se puede, busco en la basura de la humanidad lo que resta de  amor, pero nadie lo tiene. Sigo las colitas de las perritas, les muevo la cola,  ladro, brinco, ruedo, ladro,  muevo  la cola, les olfateo la suya. Deambulo cuadra a cuadra, unas calles con baches, otras sin pavimentar, todas el reflejo de mi perra vida, mi casa es el mundo, perro mi destino. Moisés Cabo

Por Pantera Nocturna A: A. M. M.  Definitivamente ella lo amaba, por eso quería estar presente cuando él se iba a dormir y así poder ver como poco a poco él cerraba los ojos y la cara que le mostraba en la vigilia se convertía en la que en realidad era, sin poses ni disimulaciones. De modo que ya no se trataba del amor aparente o la falta de compañía, pues se hubiese cambiado el nombre, la edad y hasta el domicilio con tal de que aquel hombre estuviera cerca de ella. Pero sobre todo esto, hubiese preferido la muerte antes de que aquellas nalgas no estuviesen instaladas, por las mañanas, entre sus manos. Definitivamente ella lo amaba. Imagen de Guido Crepax